¿Qué motivó a esta mujer a querer llegar a los demás desde su silla de
ruedas para ayudar a los necesitados? Nancy explicó que antes de su parálisis
había disfrutado de perfecta salud, pero se encontraba muy desesperada. Trató
de suicidarse saltando desde la ventana de su apartamento, pero la caída la
dejó paralítica de la cintura para abajo.
En el hospital, totalmente frustrada, percibió que Jesús le decía: “Nancy, has tenido un cuerpo sano, pero el
alma lisiada. Desde ahora vas a tener un cuerpo lisiado y un alma sana.”
Como resultado de esa experiencia entregó su vida a Cristo. Cuando finalmente
le permitieron volver a la casa oró para encontrar una manera de compartir la
gracia de Dios con los demás, y se le ocurrió la idea del periódico.
Todos los creyentes pueden hacer algo para ayudar a los demás. Por
limitados que estemos por una enfermedad, ancianidad o incapacidad, aún podemos
orar, llamar o escribir. Cualquiera que sea nuestra condición podemos ser
testigos eficaces de Cristo.
ES SÓLO CUANDO
HEMOS HABLADO CON DIOS SOBRE LA GENTE QUE PODEMOS HABLAR CON LA GENTE SOBRE
DIOS
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