- Hay algo más, dijo ella
exaltada.
- ¿Qué es?, preguntó el
sacerdote.
- Esto es muy importante,
continuó la mujer. Quiero ser enterrada con un tenedor en mi mano derecha.
El sacerdote quedó impávido
mirando a la mujer, sin saber exactamente qué decir.
- ¿Eso lo sorprende o no?
preguntó la mujer
- Bueno, para ser honesto, estoy
intrigado con la solicitud, dijo el sacerdote.
La mujer explicó:
- En todos los años que he
asistido a eventos sociales y cenas de compromiso, siempre recuerdo que cuando
se retiraban los platos del platillo principal, alguien inevitablemente se
agachaba y decía, "Quédate con tu tenedor". Era mi parte favorita
porque sabía que algo mejor estaba por venir... como pastel de chocolate o pay
de manzana. Algo maravillosos y sustancioso!
Así que quiero que la gente me vea dentro de mi ataúd con un tenedor en
mi mano y quiero que se pregunten: “¿Qué onda con el tenedor?”
Después quiero que usted les
diga: “Se quedó con su tenedor porque lo
mejor está por venir.”
Los ojos del sacerdote se llenaron de lágrimas de alegría mientras
abrazaba a la mujer despidiéndose. El sabía que esta sería una de las últimas
veces que la vería antes de su muerte. Pero también sabía que la mujer tenía un
mejor concepto de la esperanza cristiana que él mismo. Ella sabía que algo
mejor estaba por venir.
Durante el funeral, la gente pasaba por el ataúd de la mujer y veían el
precioso vestido que llevaba, su Biblia favorita y el tenedor puesto en su mano
derecha. Una y otra vez el sacerdote escuchó la pregunta: “¿Qué onda con el
tenedor?” Y una y otra vez sonrió.
Durante su mensaje, el sacerdote le platicó a las personas la
conversación que había tenido con la mujer poco tiempo antes de morir. También
les habló acerca del tenedor y qué era lo que significaba para ella. El
sacerdote les dijo a las personas cómo él no podía dejar de pensar en el
tenedor y también que probablemente ellos tampoco podrían dejar de pensar en
él. Estaba en lo correcto.
Así que, la próxima vez que tomes en tus manos un tenedor, déjalo
recordarte que lo mejor está aún por venir...
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