La
mujer entró en la caverna y encontró muchas riquezas. Fascinada por el oro y
por las joyas, puso al niño en el piso y empezó a juntar, ansiosamente, todo lo
que podía en su delantal. La voz misteriosa habló nuevamente. “Tienes solo ocho minutos.”
Agotados los ocho minutos, la mujer cargada de oro y piedras preciosas,
corrió hacia fuera de la caverna y la puerta se cerró... Recordó, entonces, que
el niño quedó allá y la puerta estaba cerrada para siempre.
La riqueza duró poco y la desesperación... para el resto de su vida!. Lo
mismo ocurre, a veces, con nosotros. Tenemos unos 80 años para vivir, en este
mundo, y una voz siempre nos advierte: “¡Y
no te olvides de lo principal!”
Y lo principal son los valores espirituales, la oración, la vigilancia,
la familia, los amigos, la vida. Pero la ganancia, la riqueza, los placeres
materiales nos fascinan tanto que lo principal siempre se queda a un lado...
Así
agotamos nuestro tiempo aquí, y dejamos a un lado lo esencial. ¡Los tesoros del
alma! Que jamás nos olvidemos que la vida en este mundo, pasa rápido y que la
muerte llega inesperadamente. Y que cuando la puerta de esta vida se cierra
para nosotros, de nada valdrán las lamentaciones.
Ahora... piensa por un momento que es lo
principal en tu vida y por favor ¡¡¡NUNCA LO OLVIDES!!!
“Más
buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas.” Mateo 6:33
"Que cosa extraña es el hombre: nacer no
pide, vivir no sabe, morir no quiere"
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