jueves, 1 de agosto de 2013

Cortando el jamón

  Un esposo recién casado miraba curiosamente como su esposa preparaba un jamón para ponerlo en el horno. Antes de ponerlo a cocinar, ella tomó un cuchillo y cuidadosamente le quitó ambos extremos del jamón. Y le preguntó el esposo, que por qué hizo eso. “Yo no soy un experto en cocinar jamones, pero yo no pienso que cortar los extremos del jamón antes de cocinarlo sea correcto.”


   La esposa contestó, “bueno pues, yo realmente no lo sé. Yo nunca cociné un jamón antes de casarme, pero esta es la manera mi madre siempre lo hizo”.
Su curiosidad entonces se despertó, y ella telefoneó a su madre y le preguntó por qué ella siempre cortaba ambos extremos de un jamón antes de cocinarlo.
“Ahora que lo mencionas, yo no lo sé, dijo la madre”, su madre contestó. “Eso es simplemente la manera en que tu abuela siempre lo hizo”.


  Determinados a desenredar este misterio, la joven esposa telefoneó entonces a la abuela y le preguntó él por qué ella siempre cortaba los extremos del jamón antes de cocinarlo. Y su abuela dijo, “el primer horno que nosotros poseímos no era grande bastante para poner un jamón entero, así que yo tenía que cortar los extremos para hacerlo. Y ¡Después de eso, yo supongo que simplemente se volvió un hábito!”

    ¿Ves? Ése es tradicionalismo. Cuando nosotros hacemos cualquier cosa que nosotros hacemos sin saber por qué realmente nosotros lo hacemos, pero sin embargo continuamos a hacerlo porque ésa es la manera en que nosotros ¡siempre lo hemos hecho!

    ¿Cuántos “siempre lo he hecho así” hay en tu vida y no sabes porque lo haces?
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas. 2 Cor.5:17


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