- "Por favor,
señor, ¿ha visto pasar por aquí a algún cristiano?"
El anciano,
encogiéndose de hombros le contestó:
- "Depende del
tipo de cristiano que ande buscando".
- "Perdone",
dijo contrariado el hombre, "pero
soy nuevo en esto y no conozco los tipos que hay. Sólo conozco a Jesús".
Y el anciano
añadió:
- "Pues si, amigo
hay de muchos tipos y maneras. Los hay para todos los gustos: Hay cristianos
por cumplimiento, cristianos por tradición, cristianos por costumbres,
cristianos por superstición, cristianos por obligación, cristianos por
conveniencia, cristianos auténticos..."
- "¡Los auténticos!
¡Esos son los que yo busco! ¡Los de verdad!", exclamó el hombre
emocionado.
- "¡Vaya!",
dijo el anciano con voz grave. "Esos
son los mas difíciles de ver. Hace ya mucho tiempo que pasó uno de esos por aquí,
y precisamente me preguntó lo mismo que usted".
- "¿Cómo podré
reconocerle?"
Y el anciano
contestó tranquilamente:
- “No se preocupe
amigo. No tendrá dificultad en reconocerle. Un cristiano de verdad no pasa
desapercibido en este mundo de sabios y engreídos. Lo reconocerá por sus obras.
Allí donde van, siempre dejan huellas.”
“A la hora de la muerte no seremos juzgados
por el número de obras de mérito que hayamos realizado ni por el número de
diplomas que hayamos cosechado a lo largo de nuestra vida. Seremos juzgados por
el amor que hemos puesto en nuestras obras y gestos.”
Y como dice en la Biblia , si no tenemos
amor....nada somos.
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