viernes, 26 de abril de 2013

¿Que estás sembrando?

¿Qué estás sembrando?



Quiero compartir esta reflexión que me llegó.
 
  Cierta vez una señora me contó lo desdichada que era porque iba perdiendo sus amistades a lo largo de su vida. Durante toda la entrevista intenté comprender las razones por las cuales sus amistades se alejaban de ella. Solo bastó escucharla hablar de sus amigas para comprender por qué la iban abandonando. Las criticó duramente. Reveló todos sus defectos, contó los errores que cometieron que en su momento le habían confiado. Toda la conversación se tornó en una batería de chismes con el fin de desprestigiar a sus amigas. Noté cierta satisfacción en su rostro y hasta me dio la sensación que se sentía cómoda en la charla. Entonces comprendí que esta señora había alejado a sus amigas de su vida porque disfrutaba en criticarlas.

 La vida es una gran escuela…

    A lo largo de mi vida he aprendido que hay principios o paradigmas que es mucho mejor tenerlos en cuenta que ignorarlos. Todos, sin excepción, vamos sembrando a nuestro alrededor semillas en la vida de aquellos que nos rodean.
 
    No es necesario dedicarse a la agricultura o ser un experto en temas relacionados al campo para entender que si siembro semillas de tomate jamás voy a poder cosechar pepinos. Lo lógico y racional es que vamos a cosechar la misma especie que hemos sembrado. Dios mismo nos advierte en la Biblia: “…Cada uno cosecha lo que siembra.” (Gálatas 6.7b)

 ¿Cuál es tu siembra?....
 Aquellos que plantan árboles, recogen alimento.
 Quien siembra flores, cosecha perfume.
 Quien siembra trigo, cosecha pan.
 Quien siembra alegría, cosecha felicidad.
 Quien siembra la verdad, cosecha confianza.
 Quien siembra fe, cosecha convicción.
 El que siembra afecto, cosecha gratitud.

   Sin embargo, hay personas que prefieren sembrar tristeza y cosechan desconsuelo. Plantan discordia y recogen soledad. Siembran vientos y cosechan tempestades. Plantan ira y cosechan falta de afecto. Siembran traición y recogen un adiós. Plantan injusticia y recogen abandono. 
 
 
    Recuerde… nuestras cosechas de hoy son producto de las siembras del ayer. Pero lo más importante es que hoy podemos elegir las mejores semillas para esparcirlas en los corazones de los que nos rodean. Así nuestra cosecha será buena, abundante y agradable.

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