Cuando el árbol
estuvo plantado y empezó a crecer frondoso, la Mentira propuso a la Verdad que se lo
repartieran entre las dos, cosa que agradó a la Verdad. La Mentira,
dándole a entender con razonamientos muy bellos y bien construidos que la raíz
mantiene al árbol, le da vida y, por ello, es la mejor parte y la de mayor
provecho, aconsejó a la Verdad
que se quedara con las raíces, que viven bajo tierra, En tanto, ella se
contentaría con las ramitas que aún habían de salir y vivir por encima de la
tierra, lo que sería un gran peligro, pues estarían a merced de los hombres,
que podrían cortarlas o pisarlas, cosa que también podrían hacer los animales y
las aves. Además, le dijo que los grandes calores podrían secarlas, y quemarlas
los grandes fríos; por el contrario, las raíces no estarían expuestas a estos
peligros.
Al oír la Verdad todas estas razones,
como es bastante crédula, muy confiada y no tiene malicia alguna, se dejó
convencer por su compañera la
Mentira ; creyó que era verdad lo que le decía.
Y como la Mentira es muy lisonjera,
en poco tiempo se ganó la admiración de la gente, porque su árbol comenzó a
crecer y a echar grandes ramas y hojas que daban fresca sombra; también
nacieron en el árbol flores muy hermosas, de muchos colores.
Al ver un árbol tan
hermoso, muchas personas empezaron a reunirse junto a él muy contentas; gozaban
de su sombra y de sus flores; la mayoría de la gente permanecía allí, e incluso
quienes vivían lejos se recomendaban el árbol de la Mentira por su alegría,
sosiego y sombra fresca.
Así, la Mentira se sentía muy
honrada y era muy considerada por quienes buscaban siempre su compañía: al que
menos se acercaba a ella y menos sabía de sus artes, todos lo despreciaban, e
incluso él mismo se descalificaba.
Mientras esto le
ocurría a la Mentira ,
que se sentía muy feliz, la triste y despreciada Verdad estaba escondida bajo
la tierra, sin que nadie supiera de ella ni quisiera ir a buscarla. Viendo la Verdad que no tenía con qué
alimentarse, sino con las raíces de aquel árbol que la Mentira le aconsejó tomar
como suyas, y a falta de otro alimento, se puso a roer y a cortar para su
sustento las raíces del árbol de la Mentira. Aunque el árbol tenía ramas gruesas,
hojas muy anchas que daban mucha sombra y flores de colores muy alegres, antes
de que llegase a dar su fruto fueron cortadas todas sus raíces, pues tuvo que
comérselas la Verdad.
Entonces, por el
vacío que había dejado el tronco, salió la Verdad , que estaba escondida, y cuando llegó a la
superficie vio que la Mentira
y todos los que la acompañaban estaban muy maltrechos. Habían recibido gran
daño por haber seguido el camino de la Mentira.
A quienes usen de
los halagos y engaños de la mentira, evítalos cuanto puedas, porque cuando se
encuentren más confiados, les sucederá como al árbol de la Mentira y a quienes se
cobijaron bajo él.
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