viernes, 31 de mayo de 2013

A los zapatazos de Dios

   Un hermano llamado Juan, cansado de tantas aflicciones, de tantas luchas, de muchas oraciones sin ser contestadas, de tanto tiempo sembrar y no recibir nada a cambio, lleno de contradicciones que lo único que hacían era hacer desfallecer su corazón más y más, comenzó a cuestionarlo todo, y entre esas cosas, su corazón cuestionó a su mismo Señor.

   Preguntas tales como: ¿será que Dios me escucha? ¿Será que verdaderamente Él pone sus ojos en mí?, brotaban de lo más profundo de su corazón.

   Un día cansado de tantas “desilusiones” y sin querer aceptar el trato de Dios, dispuso en su corazón hacer el último intento. Alzó sus ojos al cielo y levantando sus manos exclamó lo que en su momento dijo que sería su última oración, y dijo: “Señor, tanto tiempo te he buscado y nunca he recibido un toque tuyo, que si no siento tu mano, no podré seguir.”

     Esta oración un tanto desafiante y otro poco arrogante, sin duda llegó al mismo altar de Dios. Al escuchar el Señor esta oración dijo  “Tanto tiempo hijo mío te he estado hablando y tú no has querido oír, y hoy te presentas ante mi, diciendo que no te he querido tocar. Pero aún así Yo sabré olvidar lo pasado, y te haré sentir mi mano.”

   Al domingo próximo, este hermano nuevamente asistió a la iglesia en su misma condición y sosteniendo la postura de su “última" oración”. Para eso El Señor tenía el escenario preparado para manifestar su gloria en la vida de Juan. Durante la alabanza y adoración el esperado toque de Dios, se hizo esperar. Llego el final de la prédica, y nada pasaba. Juan totalmente desesperanzado, hizo desfallecer su corazón.

   Al final de la reunión, el pastor que predicó esa noche siente la voz de Dios que le dice: “sácate el zapato y pégale al hermano que Yo te mostraré con el taco, lo más fuerte que puedas.” El pastor, atónito con lo que acababa de escuchar y perplejo por no entender nada, preguntó ¿qué has dicho Señor? Y El Señor con idénticas palabras volvió a decir lo mismo “Quítate el zapato y pégale con todas tus fuerzas a quien Yo te mostraré.”

    El pastor totalmente asustado se dispuso a obedecer a Dios, se quitó el zapato y El Señor le mostró al hermano y le dijo “ve y pégale.” Por “casualidad” era Juan, quien recibió un zapatazo tan fuerte que lo hizo caer de espaldas varios metros atrás.
   El pastor asustado por lo que hizo, miró expectante la reacción de Juan. El se imaginó que cuando Juan se levantara lo iba agredir. Para sorpresa de él y de todos los que presenciaron el espectáculo, Juan corrió hacia el pastor y lo abrazó y le dijo “Gracias, hoy he sentido el toque de Dios.”

   Juan por medio del zapatazo sintió una transformación en su interior, tan profunda que se olvidó del moretón que el zapatazo de Dios le dejó en la frente.

¿Será necesario llegar a esta instancia?

martes, 21 de mayo de 2013

¿A Medias o Completo?

   En un centro comercial en un lugar de los Estados Unidos una pareja se acercó a comprar un artículo. La empleada les atendió y no se percató que al darles el cambio, se le fue la mano y les dio mucho dinero de más. Ellos, que tenían prisa, tampoco se dieron cuenta del error.

  Ya fuera del centro comercial fueron a un restaurante. Al revisar su billetera, el hombre se percata de que había recibido mucho dinero como cambio; ¡Unas cincuenta veces más de lo que pagó! Se había dado una confusión de la denominación de los billetes. El dijo a su pareja que debían ir de inmediato a devolver lo que no era suyo, y retornaron al centro comercial enseguida.

    Al acercarse hacia la empleada, la llamaron aparte para no avergonzarla ante otros ni complicarle la vida. - Señorita, usted me dio dinero de más como cambio de la compra que le hice hace unos minutos. Aquí le devuelvo su dinero y deme lo que es correcto y tenga más cuidado la próxima vez. La mujer se quedó boquiabierta y, siendo responsable, llamó a su jefe de sección y le explicó de qué se trataba. El hombre se acercó presto a la pareja, asombrado también, y le explicó al honrado caballero: - Señor, ¿ve esa cámara de TV? Allí se ha grabado todo, desde que usted hizo la compra, cuando se le dio cambio de más y ahora que usted ha retornado ese dinero que por error se le dio. Nuestra compañía quiere honrarle y pedirle que nos permita publicar este hecho ejemplar que ya casi no se da en estos días. Un tanto nervioso, el aludido tomó del brazo al jefe de sección de ese centro comercial y, en voz baja le dijo: - Señor, olvídese de lo ofrecido; si usted hace eso me pondría en problemas.

Yo soy casado, y la mujer que está conmigo no es mi esposa. !!!

   Sí, amados. Se trataba de un caso extraordinario de honradez; pero no había integridad en aquel hombre.

   Puede haber honradez sin integridad, pero nunca integridad sin honradez. Dios quiere que tú y yo seamos íntegros; luego la honradez y los demás valores vendrán como lenguaje natural del corazón limpio. Los que somos de Cristo, ¡hagamos la diferencia!

 Como hijos obedientes, no vivan conforme a los deseos que tenían antes de conocer a Dios. Al contrario, vivan de una manera completamente SANTA, porque Dios, que los llamó ES SANTO, pues la Escritura dice "SEAN USTEDES SANTOS, PORQUE YO SOY SANTO.” 1Pedro 1,14-15

¿Usted quiere ser Medio-Santo, o SANTO por completo?

 

jueves, 16 de mayo de 2013

Así alumbre vuestra luz!


Alumbrando A Otros
 
      Hace cientos de años, había un hombre en una ciudad de Oriente. Un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo. EI amigo lo mira y de pronto lo reconoce Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo entonces, le dice: ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves... Entonces, el ciego le responde: -Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí... No sólo es importante la luz que me sirve a mí sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella. ¿No sabes que alumbrando a otros, también me beneficio yo, pues evito que me lastimen otros que no podrían verme en la oscuridad?- Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.

   MORALEJA: Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil, muchas veces en vez de alumbrar, oscurecemos mucho más el camino de los demás. ¿Cómo? A través el desaliento, la crítica, el egoísmo el desamor, el odio, el resentimiento... ¡Que hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás, sin fijarnos si lo necesitan o no! Llevar luz y no oscuridad. Si toda la gente encendiera una luz, el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad. Todos pasamos por situaciones difíciles a veces, todos sentimos el peso del dolor en determinados momentos de nuestras vidas, todos sufrimos en algunos momentos y lloramos en otros. Pero no debemos proyectar nuestro dolor cuando alguien desesperado busca ayuda en nosotros. No debemos exclamar como es costumbre: “La vida es así” llenos de rencor y de odio. No debemos... al contrario, ayudemos a los demás sembrando esperanza en ese corazón herido. Está en nosotros ser Luz y no permitir que los demás vivan en las tinieblas.


“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres,  para que vean vuestras buenas obras,  y glorifiquen a vuestro Padre que están los cielos.” Mt.5:16

 

jueves, 9 de mayo de 2013

¿Donde está tu confianza?


CUAL ES TU VAQUITA


  Un maestro de la sabiduría paseaba por el bosque con su fiel discípulo cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia muy pobre y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comento al aprendiz sobre la importancia de las visitas, de conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que tenemos de estas experiencias.

  Llegando al lugar constato la pobreza del sitio. Los habitantes, una pareja y tres hijos, casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado. Se aproximó al padre de familia y le pregunto: “¿En este lugar no existen señales de trabajo ni puntos de comercio, como hacen el señor y su familia para sobrevivir aquí?”. El señor calmadamente respondió: -“Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o la cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso y derivados para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo.”

El sabio agradeció la información, contemplo el lugar por un momento y se fue.
 
   En el camino le ordenó a su fiel discípulo, “busque la vaquita, llévela al precipicio de allí en frente y empújela al barranco!”

    El joven espantado vio al maestro y lo cuestiono sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Percibió el silencio absoluto del maestro y fue a cumplir la orden.

Así que empujo la vaquita por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedo grabada en la memoria de aquel joven durante algunos años.

     Un día, el joven resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar para contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. A medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, habitado, niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir. El joven pregunto a un hombre por la familia que vivía allí hace unos cuatro años, quién respondió que aún siguen viviendo allí.

    Asombrado el joven entro corriendo a la casa y reconoció a la misma familia que visito hace algunos años con el maestro.

    Elogio el lugar y le pregunto al dueño de aquella vaquita –“¿Como hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?” El señor entusiasmado le respondió: “Nosotros teníamos una vaquita que cayo por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el cambio que ven tus ojos ahora.”

 

¿No estarás abrazando algo que no te deja progresar?, Cual es tu Vaquita? Quizá hoy sea el día para que la tires hacia el Barranco.

 

lunes, 6 de mayo de 2013

Maná Fresco: Identificador de llamadas.

Maná Fresco: Identificador de llamadas.: DAME UNA SEÑAL AHORA       Un sábado en la noche, se encontraba el pastor de una iglesia trabajando hasta tarde, cuando se dec...

Identificador de llamadas.


DAME UNA SEÑAL AHORA


 


    Un sábado en la noche, se encontraba el pastor de una iglesia trabajando hasta tarde, cuando se decidió llamar a casa para avisarle a su esposa que estaría en el templo un rato más, antes de regresar.  Eran como las 10 de la noche, y a pesar que insistió dejando sonar varias veces el teléfono, nadie atendió.

   Le pareció extraño que ella no contestara, pero decidió recoger algunas cosas más de su escritorio y esperar unos minutos antes de volver a intentar la llamada.  Finalmente, cuando discó de nuevo, su esposa contestó enseguida.

-    ¿Qué pasaba que no atendías el teléfono? Le preguntó él.

Ella le contestó:

-    El teléfono no ha sonado, después de lo cual continuaron con la comunicación sin darle importancia al tema.

  El lunes siguiente, el pastor recibió una llamada a su oficina en la iglesia.  Se trataba de un hombre que quería saber por qué lo había llamado a su casa un sábado en la noche, pero el pastor no podía entender de qué le estaba hablando.  Comprendió lo que había pasado cuando el hombre le dijo:

-    Es que mi teléfono sonó y sonó, pero no lo contesté.

  Fue entonces cuando el pastor recordó la llamada frustrada a su esposa e intentó pedirle disculpas, ya que seguramente debía haber discado mal el número.  No se preocupe.  Permítame contarle mi historia.  Lo interrumpió el hombre.  Aunque usted no lo crea, el sábado en la noche yo estaba planificando suicidarme, pero antes de hacerlo hice una oración diciendo:

-    ¡Señor, si estás aquí y no quieres que haga esto, dame una señal ahora!

   Fue en ese momento que mi teléfono comenzó a sonar.  No se imagina mi sorpresa cuando miré el identificador de llamadas y vi que en la pantalla se leía: Dios Todopoderoso.  Es por eso que me dio miedo contestar, pero al ver quien me llamaba supe que debía vivir.

  La razón por la cual el Identificador de llamadas decía “Dios Todopoderoso”, es que la Iglesia que dirige el pastor se llama: “Iglesia Cristiana de Dios Todopoderoso”. 

jueves, 2 de mayo de 2013

Maná Fresco: Se les ve en la cara

Maná Fresco: Se les ve en la cara: Buscadores de oro      Hace muchos años, unos buscadores de minas estaban lavando piedras para encontrar oro, cuando uno de el...

Se les ve en la cara


Buscadores de oro

 


   Hace muchos años, unos buscadores de minas estaban lavando piedras para encontrar oro, cuando uno de ellos halló una piedra inusual. La rompió y vio que contenía oro. Los hombres se pusieron a trabajar con mucho entusiasmo y al poco tiempo descubrieron una abundancia del metal precioso. Con un deleite sin restricción gritaron:

— ¡Lo encontramos! ¡Lo encontramos! ¡Somos ricos!

  Antes de ir a la ciudad a buscar suministros, acordaron no hablar a nadie de su hallazgo. Cuando estaban a punto de regresar al campo, un grupo de hombres se había reunido y estaba listo para seguirlos.

—Ustedes encontraron oro – dijo el grupo.

— ¿Quién se los dijo? – preguntaron los buscadores.

—Nadie – contestaron ellos — ¡Se les ve en la cara!

   Así es también cuando una persona descubre a Cristo. El gozo de tener los pecados perdonados y una nueva relación con Él se ve en la cara de esa persona y en su vida transformada.


 
“Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre.” Mat 26:73